"Una lesbiana va al ginecologo, la empieza a revisar y le dice:- Mujer, esto si que esta limpio!- Si, es que una mujer me lo arregla todos los dias".
Por Janet Big y Dana Heller - (Rompiendoelsilencio.cl)
Por Janet Big y Dana Heller - (Rompiendoelsilencio.cl)
El humor lésbico tiene muchas caras y es sujeto de diversas críticas. Por un lado, la apropiación por parte de las lesbianas de estereotipos que otros tienen sobre nosotras puede ser interpretada como actos de empoderamiento y liberación, una estrategia común entre muchas minorías.
El humor lésbico enfatiza la oposición de la homosexualidad femenina a estándares de la llamada normalidad. El "chiste lésbico" o el "humor lésbico" puede ser definido por las lesbianas como parte del derecho a la auto-definición. Los chistes lésbicos reconocen y rechazan la definición de la lesbiana como "otra". En ellos, las lesbianas son autosuficientes y consideran que los estándares de normalidad son irrelevantes y artificiales.
Robin Queen (1997:233) 1, en un artículo sobre personajes lésbicos en historietas, declara que estos personajes "juegan con estereotipos comunes a las lesbianas. Todos los personajes son creados por lesbianas para un público predominantemente lésbico y por tanto, la credibilidad de los personajes se basa en el conocimiento social supuestamente compartido."
En la serie de historietas de Roberta Gregory, Bitchy Butch: World's Angriest Dyke (1999:6) 2 la heroína, una lesbiana masculina (butch) llamada Ronnie (también conocida como Bitchy Butch) se llena de rabia constantemente cuando los vendedores y vendedoras heterosexuales se refieren a ella como "señor". Explota cuando se entera que una lesbiana conocida ha empezado a salir con un hombre y nostálgicamente añora los viejos tiempos del feminismo lesbiano cuando las lesbianas butch se sentían orgullosas y cuando las mujeres "sabían todo sobre la sororidad". En cierto momento, ella cuestiona melancólicamente su propia legitimidad como lesbiana al darse cuenta de que no ha tenido una cita por más de dos años. Por un lado, es la rabia incontenible y la incapacidad de reírse de sí misma lo que hace que su personaje sea accesible y creíble para los públicos gay y lésbicos. Al mismo tiempo, estas cualidades la hacen graciosa porque el humor proviene del hecho de que a menudo hay personas que representan las características más extremas presentadas como estereotipo de un grupo.
En el ejemplo anterior observamos, cómo el humor lésbico puede derivarse de la inestabilidad de las categorías de identidad sobre las que dependemos y las ansiedades que esta inestabilidad produce. Bitchy Butch pregunta si una puede considerarse lesbiana si no ha estado con una mujer por más de dos años; ¿es una lesbiana célibe una antítesis?
En muchos casos, la comunidad gay y la comunidad heterosexual tienen diferentes definiciones convencionales de lo que constituye un "chiste lésbico". En la mayoría de chistes sobre lesbianas, creados por heterosexuales, los libretos generalmente son guiones sexuales con referencias al sexo oral entre mujeres. La suposición de que los chistes lésbicos tienen que ser sobre sexo oral también parece predominar en el chat cuando surge el tema de chistes lésbicos.
Chistes lésbicos como autodefiniciones
Por ejemplo, el humor lésbico a menudo opera para desafiar a la sexualización negativa de las lesbianas de la cultura dominante o para la reducción deshumanizadora de la lesbiana como actora sexual. Por ejemplo:
Pregunta: ¿Qué lleva una lesbiana a su segunda cita?
Respuesta: Un camión de mudanza (o las maletas)
Este chiste es gracioso para las lesbianas, juega con la idea de que las lesbianas tienden a no tomar en cuenta los ritos burgueses de cortejo y dan el salto a "matrimonio" rápida e impulsivamente, actuando sobre la base de sentimientos en vez de la razón. La pregunta que lleva al chiste establece una expectativa: ¿Qué lleva una lesbiana a su segunda cita? Los y las oyentes probablemente empiezan a pensar en juguetes sexuales, parafernalia sexual u objetos que tienen connotaciones sexuales. Sin embargo, lo que hace que el chiste sea gracioso es que se burla de esas expectativas, sin hacer referencia alguna a lo que las lesbianas hacen en la cama, si no más bien refiriéndose a lo que hacen en el hogar. En otras palabras, el chiste define el lesbianismo como en última instancia doméstico en sus objetivos, orientado hacia el establecimiento de un hogar.
Las comunidades lésbicas pueden ser imaginadas, pero esto no significa que son imaginarias. A pesar de las múltiples diferencias de raza, etnia, orientación de género, edad y clase, hay evidencia de la existencia de una comunidad lésbica de humor lo que ayuda a explicar la popularidad de muchas autoras.
El término de "cultura" puede también ser definido, según el antropólogo Clifford Geertz, como la suma total de historias que nos contamos a nosotras mismas sobre nosotras mismas. El humor representa uno de los modos de contar historias que contribuyen a las formaciones culturales. Dada la diversidad entre las lesbianas, el hecho de que las vidas de estas a menudo han sido vividas en secreto, y el hecho de que las relaciones lésbicas muchas veces han sido borradas de la historia, ha sido difícil imaginar y más aún legitimar una cultura lésbica. La cultura incluye el conocimiento compartido de un conjunto de valores y suposiciones, y estos valores son negociados no sólo a través de los contactos sociales, sino también a través de diversos medios, incluyendo el cine, la televisión, las canciones y diversas formas de humor, incluyendo los chistes. Vale decirlo, es necesario entender tanto la cultura como los valores compartidos a fin de entender los chistes y sentir que son graciosos.
Para una comunidad cuya propia visibilidad y supervivencia ha dependido en gran medida en su habilidad para organizarse continuamente, documentarse y alimentarse a sí misma y ocuparse de sus conflictos e injusticias internas, este chiste nos referirá de inmediato al milagro de dicha supervivencia lésbica.
El impacto del humor lesbofóbico
Por Fiona Meyer Cook
El humor lesbofóbico degrada y daña a las personas, tanto a quien lo relata, al objeto de la broma, un miembro de la familia o un/a aliado/a. Más aún, a menudo estos chistes circulan en ambientes públicos como las escuelas, las universidades, los centros laborales, los pubs y discoteques, etc., con el resultado de que aquellas personas que están cuestionando su orientación sexual o identidad de género, o aquellas personas que están en el armario, tienen que tomar difíciles decisiones respecto a si deben hacerse visibles en lugares inseguros o desarrollar mecanismos para lidiar con la situación, como el engaño o el hacerse pasar como heterosexuales para evitar el hostigamiento. Estos chistes comunican el mensaje de que no es seguro salir del armario y que hacerlo pone a la persona en riesgo de ser ridiculizada, de ser hostigada y de posibles actos de violencia. En este sentido, los chistes sirven para reforzar y legitimar una ideología sexista exclusiva, y contribuye a un clima que legitima la discriminación.
Debemos llegar al punto en que contar chistes lesbofóbicos ya no sea percibido como legítimo por aquellos que buscan aumentar su sentido de pertenencia a costa nuestra. De la misma manera, aquellos que escuchan y se ríen, y aquellos que guardan silencio, contribuyen al problema de manera no muy inofensiva. La justificación "sólo es una broma", al ser develada, ya no es convincente.
El humor lésbico enfatiza la oposición de la homosexualidad femenina a estándares de la llamada normalidad. El "chiste lésbico" o el "humor lésbico" puede ser definido por las lesbianas como parte del derecho a la auto-definición. Los chistes lésbicos reconocen y rechazan la definición de la lesbiana como "otra". En ellos, las lesbianas son autosuficientes y consideran que los estándares de normalidad son irrelevantes y artificiales.
Robin Queen (1997:233) 1, en un artículo sobre personajes lésbicos en historietas, declara que estos personajes "juegan con estereotipos comunes a las lesbianas. Todos los personajes son creados por lesbianas para un público predominantemente lésbico y por tanto, la credibilidad de los personajes se basa en el conocimiento social supuestamente compartido."
En la serie de historietas de Roberta Gregory, Bitchy Butch: World's Angriest Dyke (1999:6) 2 la heroína, una lesbiana masculina (butch) llamada Ronnie (también conocida como Bitchy Butch) se llena de rabia constantemente cuando los vendedores y vendedoras heterosexuales se refieren a ella como "señor". Explota cuando se entera que una lesbiana conocida ha empezado a salir con un hombre y nostálgicamente añora los viejos tiempos del feminismo lesbiano cuando las lesbianas butch se sentían orgullosas y cuando las mujeres "sabían todo sobre la sororidad". En cierto momento, ella cuestiona melancólicamente su propia legitimidad como lesbiana al darse cuenta de que no ha tenido una cita por más de dos años. Por un lado, es la rabia incontenible y la incapacidad de reírse de sí misma lo que hace que su personaje sea accesible y creíble para los públicos gay y lésbicos. Al mismo tiempo, estas cualidades la hacen graciosa porque el humor proviene del hecho de que a menudo hay personas que representan las características más extremas presentadas como estereotipo de un grupo.
En el ejemplo anterior observamos, cómo el humor lésbico puede derivarse de la inestabilidad de las categorías de identidad sobre las que dependemos y las ansiedades que esta inestabilidad produce. Bitchy Butch pregunta si una puede considerarse lesbiana si no ha estado con una mujer por más de dos años; ¿es una lesbiana célibe una antítesis?
En muchos casos, la comunidad gay y la comunidad heterosexual tienen diferentes definiciones convencionales de lo que constituye un "chiste lésbico". En la mayoría de chistes sobre lesbianas, creados por heterosexuales, los libretos generalmente son guiones sexuales con referencias al sexo oral entre mujeres. La suposición de que los chistes lésbicos tienen que ser sobre sexo oral también parece predominar en el chat cuando surge el tema de chistes lésbicos.
Chistes lésbicos como autodefiniciones
Por ejemplo, el humor lésbico a menudo opera para desafiar a la sexualización negativa de las lesbianas de la cultura dominante o para la reducción deshumanizadora de la lesbiana como actora sexual. Por ejemplo:
Pregunta: ¿Qué lleva una lesbiana a su segunda cita?
Respuesta: Un camión de mudanza (o las maletas)
Este chiste es gracioso para las lesbianas, juega con la idea de que las lesbianas tienden a no tomar en cuenta los ritos burgueses de cortejo y dan el salto a "matrimonio" rápida e impulsivamente, actuando sobre la base de sentimientos en vez de la razón. La pregunta que lleva al chiste establece una expectativa: ¿Qué lleva una lesbiana a su segunda cita? Los y las oyentes probablemente empiezan a pensar en juguetes sexuales, parafernalia sexual u objetos que tienen connotaciones sexuales. Sin embargo, lo que hace que el chiste sea gracioso es que se burla de esas expectativas, sin hacer referencia alguna a lo que las lesbianas hacen en la cama, si no más bien refiriéndose a lo que hacen en el hogar. En otras palabras, el chiste define el lesbianismo como en última instancia doméstico en sus objetivos, orientado hacia el establecimiento de un hogar.
Las comunidades lésbicas pueden ser imaginadas, pero esto no significa que son imaginarias. A pesar de las múltiples diferencias de raza, etnia, orientación de género, edad y clase, hay evidencia de la existencia de una comunidad lésbica de humor lo que ayuda a explicar la popularidad de muchas autoras.
El término de "cultura" puede también ser definido, según el antropólogo Clifford Geertz, como la suma total de historias que nos contamos a nosotras mismas sobre nosotras mismas. El humor representa uno de los modos de contar historias que contribuyen a las formaciones culturales. Dada la diversidad entre las lesbianas, el hecho de que las vidas de estas a menudo han sido vividas en secreto, y el hecho de que las relaciones lésbicas muchas veces han sido borradas de la historia, ha sido difícil imaginar y más aún legitimar una cultura lésbica. La cultura incluye el conocimiento compartido de un conjunto de valores y suposiciones, y estos valores son negociados no sólo a través de los contactos sociales, sino también a través de diversos medios, incluyendo el cine, la televisión, las canciones y diversas formas de humor, incluyendo los chistes. Vale decirlo, es necesario entender tanto la cultura como los valores compartidos a fin de entender los chistes y sentir que son graciosos.
Para una comunidad cuya propia visibilidad y supervivencia ha dependido en gran medida en su habilidad para organizarse continuamente, documentarse y alimentarse a sí misma y ocuparse de sus conflictos e injusticias internas, este chiste nos referirá de inmediato al milagro de dicha supervivencia lésbica.
El impacto del humor lesbofóbico
Por Fiona Meyer Cook
El humor lesbofóbico degrada y daña a las personas, tanto a quien lo relata, al objeto de la broma, un miembro de la familia o un/a aliado/a. Más aún, a menudo estos chistes circulan en ambientes públicos como las escuelas, las universidades, los centros laborales, los pubs y discoteques, etc., con el resultado de que aquellas personas que están cuestionando su orientación sexual o identidad de género, o aquellas personas que están en el armario, tienen que tomar difíciles decisiones respecto a si deben hacerse visibles en lugares inseguros o desarrollar mecanismos para lidiar con la situación, como el engaño o el hacerse pasar como heterosexuales para evitar el hostigamiento. Estos chistes comunican el mensaje de que no es seguro salir del armario y que hacerlo pone a la persona en riesgo de ser ridiculizada, de ser hostigada y de posibles actos de violencia. En este sentido, los chistes sirven para reforzar y legitimar una ideología sexista exclusiva, y contribuye a un clima que legitima la discriminación.
Debemos llegar al punto en que contar chistes lesbofóbicos ya no sea percibido como legítimo por aquellos que buscan aumentar su sentido de pertenencia a costa nuestra. De la misma manera, aquellos que escuchan y se ríen, y aquellos que guardan silencio, contribuyen al problema de manera no muy inofensiva. La justificación "sólo es una broma", al ser develada, ya no es convincente.
Fuente: SentidoG
Yo soy una que de verdad detesto ese humor lesbofóbico y es bien desagradable, tener que sonreír hipócritamente y quedarse callado cuando la gente no sabe que uno juega para el equipo womans only
ResponderEliminarpues a mi no me parece para nada desagradable yo no lo soy, pero creo q cada uno esta libre de hace lo q plasca por lo menos en e siglo de hoy!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarno hay porque sonreir hipocritamente, sobretodo depende de lo que se diga, callar ante la discriminación es ser complice y apoyar esas conductas con el silencio, pero si se trata de un chiste gracioso ¿porque no? pero la invisibilidad lésbica provoca que normalmente solamente haya chistes gays
ResponderEliminarEl de enzima está muy salao eh, me lo llevo :p
ResponderEliminarPuedo comentar?.
Si un chiste no hace gracia está de más reirlo, no creéis?. Pero hay que reconocer que por algo son chistes, puedes bromear casi con cualquier cosa, tengamos un poquito de sentido del humor, por ej.:
Don chochetes andaluces:
-Quillaaa, que me han dicho ya no te corres!
Y salta la otra:
-Buap, las malas lenguas!.
Es desagradable?.
Están dos bragas tendidas y comenta una a la otra:
-Jo, tía, que no sé qué coño ponerme hoy.
Un besito saladas.
es obio q ustedes no entienden este tipo de chistes mujeres,saben cual es la mujer perfecta? el trabesti,para ser perfecto tenes q ser hombre,una cosa las mujeres aca no tienen derecho a opinar , cuando una mujer lee una hoja en blanco lee sus derechos haciq no jodan y vallan a limpiar la cocina
ResponderEliminareste ultimo tipo tieeene mieedooo!! jajaja de enfrentarse a la realidad y hasta de enamorarse de una lesbiana, por eso reclama, porque necesita de su propia identidad, que pendejo. Ve a jugar futbol mejor y dejanos ser a nosotras, seamos lesbianas o no! vivan las mujeres!!!
ResponderEliminarEs muy fina la linea entre lo lesbico propio y lo lesbofobico, y aun vivimos en un mundo discriminativo que busca todo tipo de recursos para marcar diferencias y validar posiciones en las cuales viven y tal vez ni si quiera saben si les complace y solo se esconden es eso con la excusa de ser normales.
ResponderEliminarLos chistes discriminatorios existen de y hacia todas las minorías y hasta que las personas no entiendan que intentar degradar a otro es degradarse a si mismo esta situacion no va a cambiar.
Si se sigue validando el prejuicio y el empaquetamieto mental arcaico jamas entenderemos la diversidad tal cual es, como algo positivo y no algo a lo que hay que temer...
ah bue muy fuerte que haya un ser que no me atrevo a llamar humano que se meta en una pagina de mujers ainsultar asi, claro es gay hembrofobico jaja. pobre tine problemitas...
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