Después de tamaño éxito, se emitió en multitud de países –no en España-, siempre con unos niveles de audiencia impresionantes. Bad Girls es posiblemente la mejor historia de amor entre mujeres jamás contada en cine o televisión. El guión es muy bueno, los personajes están perfectamente dimensionados y llenos de matices, siempre evolucionando. Además, la química entre la pareja de chicas es sorprendente –y esto pese a que ambas actrices son heterosexuales-. La trama principal de las tres primeras temporadas, es la que viven Nikki Wade –interpretada por Mandana Jones- y Hellen Stewart –Simmone Lahbib-. Se trata de una historia de amor imposible, ya que Hellen es la nueva jefa de la prisión, aparentemente heterosexual, y Nikki es una prisionera lesbiana con una condena larguísima por el asesinato de un policía que intentó violar a su novia. En la prisión está prohibido que los trabajadores tengan relaciones con los presos y Hellen no quiere, ni puede, romper las reglas, lo que hará que prácticamente no se puedan rozar creando una tensión sexual llena de miradas y besos furtivos muy potentes.
Bad Girls consta de 8 temporadas, fue cancelada en 2006, pero la historia que nos interesa sólo transcurre durante las 3 primeras. Después siguen apareciendo lesbianas –en las tres primeras tampoco son las únicas- pero esas historias no tienen la fuerza de la trama entre Nikki y Hellen. Tanto Mandana Jones como Simone Lahbib han dicho en varias ocasiones que si los productores de Bad Girls estuvieran interesados en continuar la historia de Nikki y Hellen fuera de la prisión, ambas estarían dispuestas a retomar sus papeles, siempre que el guión tuviera el mismo nivel que el original –existen legiones de fans de la serie esperando que esto ocurra-. Bad Girls es una serie imprescindible de ver, para las que aún no la han visto se la recomendamos, que es excelente.
Fuente: 123blog -
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