miércoles, 19 de noviembre de 2008
Almirantes y generales de EE.UU a favor de que lesbianas y gays sirvan abiertamente en el Ejército.
Más de generales y almirantes retirados del ejercito de los EE.UU hicieron un llamamiento el lunes para rechazar la política de “no preguntes, no lo digas” con respecto a los gais y lesbianas en el Ejército, para que puedan servir abiertamente en este, de acuerdo a una declaración obtenida por la Associated Press.
Esta declaración hecha por los veteranos enfrenta a la entrante administración del presidente electo, Barack Obama, con la espinosa cuestión, política y cultural, que persiguió al presidente Clinton al principio de su primer mandato.
“Como en el caso de Gran Bretaña. Israel y otras naciones que permiten a gais y lesbianas servir [en el Ejercito] abiertamente, nuestros miembros son profesionales que son capaces de trabajar juntos sin importar diferencias de raza, género, religión y sexualidad” declararon los oficiales
Una declaración similar fué emitida el año pasado firmada por 28 altos mandos. El ejercito licenció 12,340 efectivos entre 1994 y 2007 por violar la política de “no preguntes, no lo digas” de acuerdo con la Red de Defensa Legal del Recluta, un organismo de control del Ejército. Los licenciamientos alcanzaron su cénit en 2001 con 1.273 reclutas apartados del servicio pero comenzaron a descender de manera acusada tras los ataques del 11 de Septiembre.
El primer test LGTB para Obama
El presidente electo de EE.UU, Barack Obama, mantuvo una posición que dentro del espectro político de ese país podría considerarse progresista, abogó por la abolición del DOMA (Defensa of Marriage Act / Ley de Defensa del Matrimonio) cuyos efectos principales son dar libertad a los estados en la voluntariedad al reconocer o no las uniones del mismo sexo realizadas en otros Estados y en prohibir al Estado Federal tratarlos como si fueran matrimonios, aún cuando algunos estados los reconocieran como tales. La otra piedra de toque LGTB, entre otras medidas referidas a la política federal era derogar la política de discrección en el Ejercito. Sin embargo, a diferencia de su antecesor demócrata en el cargo, Obama pretende hacerlo tratando de llegar a un acuerdo y estableciendo las prioridades del Ejercito, tal y como ha declarado. Parece que parte del establishment militar le da la razón en la manera en que intentan hacerlo. Charles Larson, un almirante retirado de cuatro estrellas, superintendente de la Escuela Naval de los EE.UU, que firmó la declaraciñon junto con los otros 104 almirantes y generales retirados, dijo en una entrevista que el creía que el modo de abordar la cuestión del entonces presidente Clinton fallaba porque trataba de apresurar el cambio en la cultura militar.
Parece que una de las pocas cosas positivas que han traido los conflictos internacionales a gran escala en los que EE.UU se ve envueltos han sido, precisamente, ese cambio en la cultura militar. Junto con los datos de licenciamiento, que descienden tras los ataques del 11-S, y un 75% del público estadounidense que se muestra favorable a que los gays y lesbianas sirvan sin problemas en el Ejército, en varias encuestas del 2006. Aunque quizá no tan rápido como quisieramos ya que sólo un 25% de los miembros en activo dentro del Ejército, se muestra favorable a que eso suceda, según una encuesta de Army Times.
Fuente: Dos Manzanas
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