
Pero hoy es para ellas un día de hechos. En el primer minuto que el registro civil abra sus puertas a los casamientos entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal - aprobados en diciembre pasado- entregarán su solicitud junto con cientos de gays que quieren pasar de las ilusiones a la realidad.
“Queremos tener los mismos derechos que cualquier otra persona”, dice Lol Kin, cuyo nombre maya significa “flor de sol” y un emblema para una de las activistas que dio luz a la iniciativa de ley que eliminó el género (hombre-mujer) de los códigos civiles para referirse sólo a “personas”.
El matrimonio gay ha generado posiciones tan radicales como la apertura de la Iglesia de la Santa Muerte (con 10 millones de devotos) que en una maniobra político-religiosa previa a la publicación de la ley, anunció que casará a todas las parejas gay que deseen hacerlo.
La iglesia Católica, en cambio, condenó la decisión del congreso de la capital mexicana y ha contado con grupos de políticos conservadores que llevaron a la Suprema Corte una controversia constitucional, escandalizados principalmente por la posibilidad de que los gays puedan adoptar hijos y criarlos. Lol Kin, de 33 años, y Judith, de 45, buscarán un pequeño heredero tan pronto su situación legal se los permita: “Queremos ser mamás, sea por la vía biológica o por adopción”, dice la mayor de la pareja.
Fuente: Impre.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario