Una película ambientada en Nairobi, Kenia, donde las hijas de dos familias enfrentadas políticamente por la Asamblea del Condado se acaban enamorando. Dos mujeres, Kena y Ziki, que ni siquiera tienen “derecho social” a llevarse bien. El Festival de Cannes acoge en su selección de películas destacadas a Rafiki -“amiga”-, de Wanuri Kahiu, una película con una temática desgraciadamente muy actual pero a la vez innovadora para el mundo del celuloide, donde Kahiu se atreve a abordar varias temáticas absolutamente tabús en su país.
El amor puede con todas las fronteras, y a la vez hace a sus poseedores profundamente inconscientes. Las dos jóvenes tratarán de vivir su amor en la sombra, pero ¿es eso posible en Nairobi, y bajo la mirada atenta de sus dos familias?
“Hacer una película sobre dos mujeres enamoradas, ambientada en Kenia, significa desafiar su ideología, profundamente arraigada sobre las relaciones entre personas del mismo sexo (…) Durante los últimos 5 años de desarrollo de este guión y proyecto, hemos visto avances preocupantes en el clima anti-LGBTI en el este de África”, han afirmado recientemente los creadores de la cinta, en referencia a las nuevas leyes homófobas de Uganda.
Rafiki es una de esas películas destinadas a convertirse en leyenda y vanguardia. El tipo de arte de los que cambian el mundo.
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