jueves, 12 de julio de 2018

La tenista belga Alison Van Uytvanck, que salió del armario en marzo, se sincera en Wimbledon: «No tenemos de qué avergonzarnos»


La tenista belga Alison Van Uytvanck, que decidió hacer pública su homosexualidad el pasado mes de marzo, ha aprovechado su magnífica participación en la presente edición del torneo de Wimbledon para hablar sobre su orientación y lo que supone para ella ser una de las pocas jugadoras en activo que están fuera del armario. «Soy lesbiana, no una enferma», apuntó estos días sin despeinarse.
Van Uytvanck, número 47 del ránking mundial y verdugo en el torneo londinense de la española Garbiñe Muguruza —actual defensora del título—, aprovechó su victoria ante la estonia Anett Kontaveit en la tercera ronda del torneo. Tras el partido, la tenista se acercó a su equipo para celebrarlo y besó a su chica, la también tenista Greet Minnem. Y aprovechó su encuentro con los medios para hablar de lo liberada que se sentía tras visibilizarse públicamente como chica lesbiana.

La tenista salió públicamente del armario hace solo cuatro meses, en una entrevista para la televisión de su país en la que habló sin tapujos de su condición y en la que dijo que esperaba que su gesto diese la confianza necesaria a otras personas en su misma situación. «Soy realmente feliz junto a ella. Formamos un buen equipo. Greet me comprende, entiende también la vida de una tenista, el juego. Hay una buena conexión, eso es todo», señaló entonces la jugadora, que ya vive con su pareja, cuatro años más joven.

«Estoy feliz. Siento que no tenemos por qué avergonzarnos de esto, es por eso que quiero sentirme libre. No estoy enferma, no tengo ninguna enfermedad. Solo siento que es bueno que haya podido visibilizarme como una persona gay, sí», apostilló esta semana la tenista, que también ha contado que sus padres están orgullosos de su relación y no se corta a la hora de relatar el acoso que sufrió por parte de otras tenistas en su época como jugadora junior, cuando apenas tenía quince años. Van Uytvanck, de hecho, se muestra dispuesta a participar en campañas contra el bullying narrando sus propias experiencias. «Nadie tiene que justificar por qué es gay o lesbiana. No es una enfermedad», insiste al respecto.

La jugadora de 24 años, que finalmente cayó eliminada en los octavos de final del torneo este mismo lunes, ha seguido el ejemplo de otras jugadoras en activo, como la sueca Johanna Larsson, que salió públicamente del armario a finales del pasado verano.

A muchos les sorprende que en pleno siglo veintiuno este tipo de revelaciones sean noticia, pero lo cierto es que el deporte profesional, en general, sigue siendo un territorio hostil para los LGTB visibles y poco dado, por tanto, a la revelación pública de una orientación sexual distinta de la heterosexual. Y en el caso del tenis la situación no es mejor. En este sentido, el pasado año recogíamos en dosmanzanas la brillante respuesta de John McEnroe a la lesbofobia de la extenista Margaret Court, que aseguró que el tenis estaba «lleno de lesbianas», entre otras afirmaciones plagadas de homofobia y transfobia.


Fuente: DosManzanas

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