jueves, 23 de enero de 2020

Problemas de salud para lesbianas y mujeres que mantienen relaciones sexuales con mujeres

Conoce los problemas de salud importantes que enfrentan las lesbianas y las mujeres que mantienen relaciones sexuales con mujeres —desde infecciones de transmisión sexual hasta la depresión— y obtén consejos para ocuparte de tu salud.

Todas las mujeres enfrentan ciertos riesgos de salud. Sin embargo, las mujeres de minorías sexuales, como aquellas que se identifican como lesbianas o bisexuales y las que tienen relaciones sexuales con mujeres, tienen algunas preocupaciones de salud específicas.

Si bien los riesgos individuales están dados por muchos factores más allá de la orientación y las prácticas sexuales (entre ellos, los antecedentes familiares y la edad), es importante comprender los problemas de salud frecuentes en las mujeres de minorías sexuales y las medidas que se pueden tomar para mantenerse saludable.

Protege tu salud mental
Las mujeres de minorías sexuales corren un mayor riesgo de tener depresión y ansiedad. Algunos de los factores que contribuyen a esto comprenden la alienación, la discriminación, el rechazo por parte de los seres queridos, el abuso y la violencia. El problema podría ser más grave para las mujeres de minorías sexuales que tratan de ocultarse y para aquellas que carecen de apoyo social.

Si crees que tienes depresión, consulta con tu médico o busca ayuda de un proveedor de atención de la salud mental. Si eres reacio a buscar tratamiento, habla con un amigo o un ser querido de confianza. Dar a conocer tus sentimientos podría ser el primer paso para obtener tratamiento.
Protégete de las infecciones de transmisión sexual

Ciertas infecciones de transmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH), la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis, pueden contagiarse entre las mujeres. El sexo oral y el comportamiento sexual que implique contacto entre los dedos y la vagina o entre los dedos y el ano (en particular cuando se comparten juguetes sexuales con penetración) también pueden ser fuentes de contagio de infecciones.

El contacto sexual entre mujeres también es una posible forma de contraer el VIH, el virus que causa el SIDA. No hay cura para el VIH o SIDA ni para muchas infecciones de transmisión sexual, como el VPH o el herpes genital. La mejor forma de estar sano es mantener relaciones sexuales más seguras.

Para protegerte de las infecciones de transmisión sexual: 
Hazte análisis y haz que tu pareja se los haga. No tengas relaciones sexuales sin protección, a menos que estés seguro de que tanto tú como tu pareja no están infectados con el VIH o de que no tienen otras infecciones de transmisión sexual, ya sea que tengas relaciones sexuales con un hombre o con una mujer. Los análisis son importantes porque muchas personas no saben que están infectadas, y otras pueden no ser sinceras sobre su salud.

Mantén relaciones sexuales más seguras. Durante el sexo oral, usa un pequeño trozo de látex (protector bucal) o una barrera de látex. Lava los juguetes sexuales con agua jabonosa caliente entre los usos o cúbrelos con un condón nuevo. Durante la penetración dígito-vaginal o dígito-anal, considera utilizar un guante de látex.

Mantén una relación monógama. Otra manera confiable de evitar infecciones de transmisión sexual es permanecer en una relación mutuamente monógama a largo plazo con una pareja que no esté infectada.

Limita la cantidad de alcohol que bebes y no consumas drogas. Si estás bajo la influencia del alcohol o las drogas, es más probable que asumas riesgos sexuales. Si decides usar drogas inyectables, no compartas las agujas.

Vacúnate. Las vacunas pueden protegerte contra la hepatitis A y la hepatitis B, que son infecciones del hígado graves que pueden transmitirse mediante el contacto sexual. La vacuna contra el VPH está disponible para mujeres de hasta 26 años.

Busca ayuda por abuso de sustancias
Las mujeres de las minorías sexuales presentan tasas más altas de consumo de tabaco y dependencia de alcohol y drogas.

Si tienes problemas de abuso de sustancias, recuerda que puedes obtener ayuda. A menudo, los centros de salud, de salud mental o comunitarios locales para lesbianas, homosexuales, bisexuales o transgénero ofrecen tratamiento para el abuso de sustancias. Las organizaciones como la GLMA (Health Professionals Advancing LGBT Equality, Profesionales de la Salud para la Promoción de la Igualdad LGBT) también podrían proporcionarte referencias.

Reconocer la violencia doméstica

La violencia doméstica puede afectar a cualquiera que tenga una relación íntima. Las mujeres de minorías sexuales pueden tener una mayor probabilidad de no decir nada acerca de este tipo de violencia debido a lo siguiente:
Amenazas de «revelar» tu orientación sexual a tus amigos, seres queridos, colegas o miembros de la comunidad

Miedo a la discriminación
Permanecer en una relación abusiva puede provocarte depresión, ansiedad y desesperanza. Si no quieres revelar tu identidad sexual o tu relación con una persona de tu mismo sexo, es menos probable que busques ayuda después de sufrir una agresión.

No obstante, la única manera de romper el ciclo de violencia doméstica es actuar; cuanto antes, mejor. Si eres víctima de violencia doméstica, habla con alguien sobre el abuso, ya sea con un amigo, un ser querido, un proveedor de atención médica u otra persona cercana.

Considera la posibilidad de llamar a una línea directa de violencia doméstica y crear un plan para dejar a esa persona que abusa de ti.

Prioriza el cuidado periódico de la salud

Algunas mujeres que pertenecen a una minoría sexual tienen dificultades para encontrar un médico que conozca sus problemas de salud específicos y con quien se sientan cómodas para hablar de sus necesidades e inquietudes. Se pueden encontrar referencias de médicos en el sitio web de la Gay and Lesbian Medical Association (Asociación Médica para Homosexuales y Lesbianas, GLMA).

Busca un médico que sea curioso, comprensivo y respetuoso de tus necesidades específicas. Comparte con el proveedor de atención médica tu orientación sexual y consulta por los exámenes de rutina recomendados para las mujeres de tu grupo etario, como las mediciones de presión arterial y colesterol, y los análisis para la detección de cáncer de mama y cervicouterino. Si no estás en una relación monógama recíproca y duradera, programa análisis periódicos para detección de infecciones de transmisión sexual. Habla con tu médico sobre cualquier otra inquietud que tengas sobre tu salud. El diagnóstico y el tratamiento tempranos favorecen la salud a largo plazo




Fuente: mayoclinic.org

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