¡Omg! Dormir junto a una amiga que no es lesbiana y no poder tocarla es algo que todas las lesbianas han vivido alguna vez. La tentación está ahí pero tienes que quedarte quieta y no hacer nada para que no estalle un escándalo, y además tienes que tolerar que ella se eche encima de ti, y apoye su cuerpo en el tuyo... Una tortura, sí señor!
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