viernes, 14 de febrero de 2020
La emoción de Alberto Fernández cuando entregó el DNI número 9 mil con identidad de género
El presidente Alberto Fernández encabezó el acto de entrega del DNI número 9 mil en base a la Ley de Identidad de Género, a la compositora, médica e instructora Isha Escribano, y se mostró visiblemente emocionado como el ministro del Interior, Eduardo de Pedro.
Emocionado, el mandatario nacional destacó que desde la promulgación de la iniciativa "hace ocho años se recompuso la vida de más de 1.000 personas por año".
"Estoy muy feliz de acompañar" a Isha, señaló el jefe de Estado durante una ceremonia en el salón de los Pueblos Originarios de la Casa de Gobierno.
El Presidente recordó que había sido "crítico" de la gestión de Cristina Kirchner, pero aclaró que "siempre" destacó que "su primer gobierno fue el más progresista y que amplió derechos", al mencionar también la ley de matrimonio igualitario.
La entrega del documento se formalizó con la presencia del ministro del Interior, Eduardo 'Wado' de Pedro; la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y la Secretaria Legal y técnica, Vilma Ibarra.
Con un lenguaje inclusivo, el Presidente destacó que estaba "feliz" por el cumplimiento de la ley, y remarcó: "Hoy estamos siendo mejores".
"Las mejores sociedades, fuimos mejor cuando otorgamos derechos, en un tiempo donde muchos piden quitar derechos a la gente", afirmó Fernández.
La Ley de Identidad de Género, sancionada el 9 de mayo de 2012 por unanimidad en el Congreso y promulgada el 23 de mayo del mismo año, implicó "un avance trascendental en materia de derechos al permitir que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad autopercibida e inscritas en sus documentos personales con el nombre y el género vivenciado".
Fuente: Eldestapeweb.com
La ciudadanía suiza aprueba en referéndum la penalización de la discriminación y los delitos de odio homófobos
La ciudadanía suiza ha dado un rotundo «sí» a la penalización de los delitos de odio homófobo y de la desigualdad de trato en la prestación de servicios. El 63% de los votantes ha apoyado una reforma del código penal para incluir la orientación sexual en el artículo que ya prohíbe la discriminación basada en la raza, el origen étnico o la religión. La norma ya había obtenido el respaldo mayoritario del Parlamento, pero los sectores opuestos a los derechos LGTB forzaron la convocatoria de un referéndum. Suiza equipara por fin su legislación en un ámbito en el que se había quedado rezagada con respecto a sus vecinos de la Unión Europea.
Hasta 1995, el Código Penal suizo solo castigaba la ofensa a las creencias religiosas, en su artículo 261, aún vigente. En 1993 se aprobó la introducción del artículo 261 bis, en el que se penalizan la incitación al odio o la discriminación causadas por la pertenencia a un grupo étnico, racial o religioso. La reforma entró en vigor el 1 de enero de 1995. En 2013, el diputado socialista Mathias Reynard presentó una iniciativa para ampliar este artículo a los crímenes de odio de carácter homófobo y tránsfobo.
Tras un lento proceso legislativo, en septiembre de 2018 el Consejo Nacional (la cámara baja del Parlamento) aprobaba un proyecto de ley para incluir en el citado artículo 261 bis la orientación sexual y la identidad de género. La norma contó con un amplio apoyo, con 118 votos a favor, 60 en contra y cinco abstenciones. Dos meses después, el Consejo de los Estados (la cámara alta) aprobaba una versión revisada de la propuesta que excluye a las personas trans al eliminar la mención a la identidad de género. No contentos con esta restricción, los partidos opuestos a la igualdad LGTB impusieron en abril de 2019 la convocatoria de un referéndum sobre la medida.
La consulta se celebró finalmente el domingo pasado y los resultados son contundentes. Un 63% de los votantes apoyó la reforma, frente a un 37% que se opuso. La participación se quedó en el 41%. Solo en tres cantones fueron mayoritarios los votos negativos: Appenzell Innerrhoden, Schwyz y Uri. En todos ellos tienen un peso determinante la extrema derecha del SVP/UDC y los democristianos del CVP/PDC, opuestos a la iniciativa y que forzaron la celebración del referéndum. El mayor apoyo a la reforma se dio en los cantones francófonos del oeste.
Con la ley aprobada queda prohibida la difusión pública de mensajes de incitación al odio homófobo, así como la discriminación basada en la orientación sexual en el acceso a servicios o establecimientos abiertos al público. Las penas oscilan desde multas hasta los tres años de cárcel. La legislación suiza se equipara en este aspecto a la de los países de su entorno europeo, aunque en otros ámbitos sigue rezagada: en mayo de 2019, por ejemplo, nos hacíamos eco de la sentencia del Tribunal Federal que recordaba que la ley de igualdad de trato vigente en el país no protege a las personas LGTB contra la discriminación laboral. La regulación del matrimonio, a pesar del largo esfuerzo por reformarla, sigue excluyendo a las parejas del mismo sexo.
Fuente: DosManzanas.com
Hasta 1995, el Código Penal suizo solo castigaba la ofensa a las creencias religiosas, en su artículo 261, aún vigente. En 1993 se aprobó la introducción del artículo 261 bis, en el que se penalizan la incitación al odio o la discriminación causadas por la pertenencia a un grupo étnico, racial o religioso. La reforma entró en vigor el 1 de enero de 1995. En 2013, el diputado socialista Mathias Reynard presentó una iniciativa para ampliar este artículo a los crímenes de odio de carácter homófobo y tránsfobo.
Tras un lento proceso legislativo, en septiembre de 2018 el Consejo Nacional (la cámara baja del Parlamento) aprobaba un proyecto de ley para incluir en el citado artículo 261 bis la orientación sexual y la identidad de género. La norma contó con un amplio apoyo, con 118 votos a favor, 60 en contra y cinco abstenciones. Dos meses después, el Consejo de los Estados (la cámara alta) aprobaba una versión revisada de la propuesta que excluye a las personas trans al eliminar la mención a la identidad de género. No contentos con esta restricción, los partidos opuestos a la igualdad LGTB impusieron en abril de 2019 la convocatoria de un referéndum sobre la medida.
La consulta se celebró finalmente el domingo pasado y los resultados son contundentes. Un 63% de los votantes apoyó la reforma, frente a un 37% que se opuso. La participación se quedó en el 41%. Solo en tres cantones fueron mayoritarios los votos negativos: Appenzell Innerrhoden, Schwyz y Uri. En todos ellos tienen un peso determinante la extrema derecha del SVP/UDC y los democristianos del CVP/PDC, opuestos a la iniciativa y que forzaron la celebración del referéndum. El mayor apoyo a la reforma se dio en los cantones francófonos del oeste.
Con la ley aprobada queda prohibida la difusión pública de mensajes de incitación al odio homófobo, así como la discriminación basada en la orientación sexual en el acceso a servicios o establecimientos abiertos al público. Las penas oscilan desde multas hasta los tres años de cárcel. La legislación suiza se equipara en este aspecto a la de los países de su entorno europeo, aunque en otros ámbitos sigue rezagada: en mayo de 2019, por ejemplo, nos hacíamos eco de la sentencia del Tribunal Federal que recordaba que la ley de igualdad de trato vigente en el país no protege a las personas LGTB contra la discriminación laboral. La regulación del matrimonio, a pesar del largo esfuerzo por reformarla, sigue excluyendo a las parejas del mismo sexo.
Fuente: DosManzanas.com
jueves, 13 de febrero de 2020
Robyn y Sharni, primera pareja del mismo sexo que contrae matrimonio en Irlanda del Norte
Casi un mes después de la entrada en vigor del matrimonio igualitario en Irlanda del Norte, este martes se ha celebrado la primera boda entre personas del mismo sexo. Robyn Peoples, de 26 años, y Sharni Edwards, de 27, se han casado legalmente en Carrickfergus, en el condado de Antrim. Su enlace simboliza la consecución del derecho a contraer matrimonio con independencia del sexo de los contrayentes, por fin, en todos los países constituyentes del Reino Unido. Es el resultado de un largo y tortuoso camino lleno de obstáculos y utilización torticera de los acuerdos de paz por parte del LGTBfobo Partido Unionista Democrático (DUP).
El 9 de julio del año pasado, la Cámara de los Comunes aprobaba por una amplia mayoría la legislación que establecía que, de no formarse Gobierno en Irlanda del Norte antes del 21 de octubre, el Ejecutivo británico debería aprobar de inmediato el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese territorio. Pasada la medianoche de esa fecha, comenzó el plazo de tres meses otorgado al secretario de Estado para Irlanda del Norte para que ordenara las reformas necesarias que hicieran efectivo el derecho al matrimonio con independencia del sexo de los contrayentes.
Un trabajo que recayó en el conservador Julian Smith, que el 19 de diciembre rubricaba los cambios administrativos que permitieron la entrada definitiva en vigor del matrimonio igualitario el pasado 13 de enero. Desde ese día, las parejas del mismo sexo norirlandesas pueden registrarse para casarse legalmente. Según establece la normativa, pasado un periodo de 28 días desde ese registro se podrá oficiar la ceremonia. Así se cumplía el calendario adelantado por el propio Smith, que el pasado mes de octubre calculó que «a más tardar, los primeros matrimonios civiles entre personas del mismo sexo tendrán lugar en la semana del día de San Valentín de 2020».
Su previsión ha sido correcta, y este martes se ha celebrado el primer enlace al amparo de la nueva regulación. Se trata de la pareja formada por Robyn Peoples, de 26 años, y Sharni Edwards, de 27, residentes en Belfast y que han formalizado su unión en un hotel de Carrickfergus, en el condado de Antrim. La boda ha coincidido con el sexto aniversario de la pareja, que al principio se había registrado para contraer una unión civil y desconocía que se iba a convertir en el primer matrimonio del mismo sexo celebrado en Irlanda del Norte.
Peoples y Edwards se han mostrado encantadas con la coincidencia. «Luchamos tanto tiempo y con tanta fuerza por esta oportunidad de que nos vean como iguales y ahora estamos aquí y es simplemente increíble», afirmó Robyn Peoples. Sharni Edwards añadió que «no era nuestra intención hacer historia, tan solo nos enamoramos». Mientras tanto, en Westminster tenía lugar una ceremonia de agradecimiento a los diputados que votaron a favor de la reforma. En ella participó Sara Canning, la pareja de la periodista y activista Lyra McKee que fue asesinada a tiros por disidentes del IRA en abril del año pasado en Derry. Un crimen que causó una profunda conmoción en el Reino Unido.
El largo camino del matrimonio igualitario en Irlanda del Norte
Hasta este 13 de enero de 2020, Irlanda del Norte era el único territorio del Reino Unido en el que las parejas del mismo sexo no podían casarse legalmente. Lo era además después de que su Asamblea hubiera votado y rechazado la aprobación del matrimonio igualitario cinco veces consecutivas. En la última votación, que tuvo lugar en noviembre de 2015, los partidarios de la igualdad para las personas LGTB lograron ser por primera vez mayoritarios, pero el DUP (conservador y de filiación unionista protestante) de la entonces primera ministra Arlene Foster invocó el procedimiento agravado conocido como petition of concern para lograr que la proposición de ley fuera finalmente rechazada.
La petition of concern fue concebida durante los acuerdos de paz de 1988, con la idea de que cualquier legislación sobre determinados temas sensibles obtuviera un respaldo suficiente de los dos sectores, el nacionalista irlandés y el unionista. Las propuestas que se tramiten por este método deben alcanzar un 60% de los votos de toda la Asamblea, y al menos un 40% en cada uno de los bandos. La petition of concern debe ser solicitada por un mínimo de 30 representantes, una marca que el DUP siempre había superado por sí solo, hasta las últimas elecciones, celebradas en enero de 2017, en que solo logró 28 representantes.
Esta pérdida de la capacidad de veto había despertado la esperanza de que el matrimonio igualitario pudiera ser finalmente aprobado en la nueva legislatura, pero la falta de acuerdos para la formación de Gobierno y la paralización efectiva de la Asamblea lo hicieron imposible. Además, la vía judicial quedó cerrada tras el rechazo por parte del Alto Tribunal de Belfast a las demandas de tres parejas del mismo sexo.
Hubo un primer intento de que fuera el Parlamento británico quien finalmente deshiciera el bloqueo a la igualdad de derechos de la parejas del mismo sexo, con la aprobación por la Cámara de los Comunes en octubre de 2018, de una enmienda que consideraba el matrimonio igualitario como un derecho fundamental para que fuera tenido en cuenta por los funcionarios de Irlanda del Norte. Sin embargo, a efectos prácticos no tuvo alcance alguno.
Dada la situación de falta de acuerdos para formar Gobierno, el Parlamento británico creó el pasado 2019 una serie de leyes de «Ejercicio de funciones» para dotar de cierta gobernabilidad al territorio. Aprovechando la situación, el diputado laborista Conor McGuinn presentó una enmienda a ese conjunto de leyes para obligar al Gobierno británico a aprobar el matrimonio igualitario en el caso de que persistiese esa falta de poder ejecutivo en Irlanda del Norte. Como se ha explicado más arriba, la medida salió adelante en julio de 2019, desencadenando el proceso que ha culminado ahora con la celebración del primer enlace entre personas del mismo sexo en el único país constituyente del Reino Unido donde aún no era posible.
Fuente: DosManzanas.com
Las mejores películas de temática LGTB del 2019: ganadores de los V Premios Apolo de cine LGTB
RECUENTO DE GANADORES
La favorita (The Favourite, Yorgos Lanthimos, 2018, Reino Unido / Estados Unidos). Distribuida por 2oth Century Fox. Un sorprendente cocktail de géneros donde dos mujeres pelean por la atención de la reina en la Inglaterra de principios del siglo XVIII. 4 premios: actriz, guion original, vestuario y maquillaje & peluquería. 7 nominaciones: película, dirección, actriz (2), montaje, diseño de producción y sonido. [Crítica]
Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019, España). Distribuida por Sony. Una conmovedora reflexión sobre los fantasmas de toda una vida. 4 premios: actor, actriz de reparto, diseño de producción y música original. 6 nominaciones: película, dirección, actriz de reparto, actor de reparto, montaje y vestuario. [Crítica]
Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, Céline Sciamma, 2019, Francia). Distribuida por Karma Films. Un poético retrato de un amor imposible en la Francia de 1770 que convierte la mirada en un personaje más. 3 premios: película, dirección y fotografía. 4 nominaciones: guion original, pareja, diseño de producción y canción. [Crítica]
Sauvage (Camille Vidal-Naquet, 2018, Francia). Distribuida por Elamedia. Una desgarradora mirada a la vida de un chapero callejero enamorado. 2 premios: dirección novel y actor revelación. 1 nominación: película. [Crítica]
Rocketman (Dexter Fletcher, 2019, Reino Unido). Distribuida por Paramount. Un divertido musical sobre la trágica pero fascinante juventud de Elton John. 1 premio: sonido. 4 nominaciones: actor, vestuario, maquillaje & peluquería y canción. [Crítica]
Superempollonas (Booksmart, Olivia Wilde, 2019, Estados Unidos). Distribuida por eOne Films. Una hilarante comedia sobre dos adolescentes que deciden aprovechar la graduación para disfrutar de la vida antes de que sea tarde. 1 premio: reparto. 3 nominaciones: película, dirección novel y actriz revelación. [Crítica]
Vivir deprisa, amar despacio (Plaire, aimer et courir vite, Christophe Honoré, 2018, Francia). Distribuida por Surtsey Films. Un emotivo homenaje al horror de los albores del sida en forma de peculiar historia de amor. 1 premio: pareja. 2 nominaciones: guion original y actor de reparto. [Crítica]
Déjame caer (Lof mér að falla, Baldvin Zophoníasson, 2018, Islandia / Finlandia / Alemania). Distribuida por La Aventura Audiovisual. Un dramático retrato de la adicción a través de la relación entre dos mujeres muy distintas. 1 premio: montaje. 2 nominaciones: reparto y fotografía.
Identidad borrada (Boy Erased, Joel Egerton, 2018, Estados Unidos). Distribuida por Universal Pictures. Un doloroso testimonio del horror de los centros juveniles de conversión a la heterosexualidad. 1 premio: canción. 2 nominaciones: guion adaptado y actriz de reparto. [Crítica]
¿Podrás perdonarme algún día? (Can You Ever Forgive Me?, Marielle Heller, 2018, Estados Unidos). Distribuidora: 20th Century Fox. Una sorprendente dramedia en torno a la decisión de la biógrafa Lee Israel de falsificar cartas de celebridades para subsistir en un mundo injusto. 1 premio: actor de reparto. 1 nominación: guion adaptado. [Crítica]
Las herederas (Marcelo Martinessi, 2018, Paraguay /Alemania / Brasil / Noruega / Uruguay). Distribuida por BTeam Pictures. Un pausado drama sobre una mujer de alta alcurnia de 60 años que se ha quedado sin dinero ni ganas de vivir. 1 premio: actriz revelación. 1 nominación: dirección novel. [Crítica]
La (des)educación de Cameron Post (The Miseducation of Cameron Post, Desiree Akhavan, 2018, Estados Uniodos). Distribuida por Good Films. Una melancólica mirada a la amistad en un centro de conversión a la heterosexualidad que parece querer que sus «pacientes» se odien a sí mismos. 1 premio: guion adaptado. 0 nominaciones. [Crítica]
Liberté (Albert Serra, 2019, Francia /España). Distribuida por Elamedia. Un arriesgado festín orgiástico a la luz de la luna de la Francia previa a la Revolución Francesa. 2 nominaciones: fotografía y sonido. [Crítica]
Al agua gambas (Les crevettes pailletées, Maxime Govare y Cédric Le Gallo, 2019, Francia). Distribuida por Vértigo Films. Una divertida aventura protagonizada por un estrambótico equipo de waterpolo gay. 1 nominación: reparto. [Crítica]
Fin de siglo (Lucio Castro, 2019, Argentina). Un peculiar romance en tres tiempos y espacios para reflexionar sobre lo que fue, lo que es y lo que podría ser. 1 nominación: pareja. [Crítica]
Génesis (Genèse, Philippe Lesage, 2018, Canadá). Distribuida por Surtsey Films. Una melancólica mirada al amor adolescente, que puede ser tan hermoso como cruel. 1 nominación: actor. [Crítica]
Nación salvaje (Assassination Nation, Sam Levinson, 2018, Estados Unidos). Distribuida por Versus Entertainment. Un salvaje retrato de las caza de brujas machistas de la sociedad actual. 1 nominación: actriz revelación. [Crítica]
El bailarín (The White Crow, Ralph Fiennes, 2018, Reino Unido). Distribuida por DeAPlaneta. Un interesante, aunque falto de ritmo, biopic sobre Rudolf Nureyev, el bailarín de ballet más grande de todos los tiempos. 1 nominación: actor revelación. [Crítica]
Esto no es Berlín (Hari Sama, 2019, México). Distribuida por Syldavia Cinema. Un sensual pero difuso retrato de liberación adolescente en la bipolar sociedad mexicana. 1 nominación: actor revelación.
El secreto de las abejas (Tell It to the Bees, Annabel Jankel, 2018, Reino Unido). Distribuida por Filmax. Un agradable pero convencional romance prohibido en la Inglaterra de 1950. 1 nominación: música original. [Crítica]
Elisa y Marcela (Isabel Coixet, 2019, España). Distribuida por Netflix. Un fallido homenaje a la historia real del primer matrimonio homosexual español, acontecido secretamente en 1901. 1 nominación: música original.
La importancia de llamarse Oscar Wilde (The Happy Prince, Rupert Everett, 2018, Reino Unido /Bélgica. Distribuida por Alfa Pictures. Una entregada mirada a los últimos tres años del poeta Oscar Wilde. 1 nominación: maquillaje & peluquería. [Crítica]
Espero que hayáis disfrutado de este repaso al mejor cine LGTB del año en forma de premios. Si tenéis ganas de más, os invito a recordar los ganadores de 2015, 2016, 2017 y 2018. Por otro lado, últimamemnte se han estrenado varias películas LGTB que sin duda tendrán algo que decir en la próxima edición: El príncipe [crítica], Ema [crítica] y Sólo nos queda bailar [crítica], ¡no dejéis de verlas en los mejores cines!
Fuente: DosManzanas.com
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