Sylvia Kristel, cuya complexión física era más bien escuálida, contaba con un rostro de aires levemente infantiles, grandes ojos verdes y una mueca mezcla de languidez, erotismo y despreocupación.
Es gracias a estas “cualidades” de la protagonista -y tal vez de manera involuntaria- que se juega con la imagen andrógina de la Kristel, lo que daba cierto sabor perverso, y que son los que influyeron sin lugar a dudas para el encumbramiento de Sylvia Kristel como mito erótico del euro-porno soft.
Una característica del personaje era que mantenía relaciones ocasionales a mansalva con quien se presentara. Todas las escénas lésbicas que se aprecian en sus películas, son muy sensuales, apasionadas y se caracterizan por sugerir en vez de mostrar todo, lo que hace que Emmanuelle se convierta en sinónimo de película sofisticada y para nada vulgar. Es un verdadero hit, y "joyas" de colección, para guardar con mucho gusto en la videoteca.
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