La final del máster femenino de Madrid fue más que un partido: fue una lucha de símbolos. La chica mona y popular contra la feucha luchadora incansable; la tenista de pasarela contra la deportista "marimacho", la más deseada contra la más admirada, Maria Sharapova contra Justine Henin.
Y ganó la segunda. La número 1. La mejor del mundo. Para muchos, por su estilo de juego, es la heredera de la voluntariosa Arantxa Sánchez Vicario; para otros, connotaciones sexuales mediante, la de la gran Martina Navratilova.
Justine es todo un ídolo en Bélgica, su país de origen. Huérfana de madre a los 12 años y con una hermana también fallecida, Henin ha labrado su carrera a base de constancia y determinación.Y ganó la segunda. La número 1. La mejor del mundo. Para muchos, por su estilo de juego, es la heredera de la voluntariosa Arantxa Sánchez Vicario; para otros, connotaciones sexuales mediante, la de la gran Martina Navratilova.
Las limitaciones de su físico hacen que su tenis esté basado en el toque, la velocidad, la técnica depurada y en la fuerza psicológica que aplica sobre sus adversarias.
Sus números son envidiables. Justine Henin ha ganado siete Grand Slam: cuatro Roland Garros (el primero en 2003, cuando dio el salto a la fama), dos US Open y un abierto de Australia. Sólo se le resiste Wimbledon, del que ha sido finalista dos veces.
Con el reciente número 1 en la WTA, Justine Henin acumula 91 semanas como primera tenista a nivel mundial.
En 2006, fue nombrada embajadora de la UNESCO en reconocimiento a su "dedicación personal, a la preservación y defensa de los valores de excelencia, juego limpio e integridad a lo largo de toda su carrera deportiva".
En la foto, Justine y Martina Navratilova, a quien la belga admira mucho y con quien todos comparan.
Fuente: http://chueca.com/
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