Primera salida del armario “oficial” en el seno de la familia real británica. Bien es cierto que no se trata de un miembro principal, pero el dato no deja de tener relevancia social. Lord Ivar Mountbatten, de 53 años, descendiente directo de la reina Victoria y emparentado tanto con la reina Isabel (de la que es primo lejano) como de su marido Felipe de Edimburgo (primo hermano de su padre) ha hecho pública la relación que mantiene con James Coyle, de 54 años, al que conoció en una estación invernal suiza en marzo del año pasado.
Ha sido en una entrevista a The Daily Mail, en la que Ivar Mountbatten hace un repaso de su vida afectiva y de las dificultades a las que se ha enfrentado hasta dar el paso de salir públicamente del armario, que de hecho aún persisten. “Ahora soy mucho más feliz, pero todavía no me siento al 100% cómodo con el hecho de ser gay”, ha declarado. Y no por el hecho de ser un Mountbatten, sino por un cuestión generacional. “Ser un Mountbatten nunca ha sido el problema, sino la generación en la que me tocó nacer. Cuando yo crecí, se le conocía como ‘el amor del que nadie osa decir su nombre’. Pero es increíble lo lejos que hemos llegado en términos de aceptación”, explica.
Resulta sorprendente, de hecho, lo mucho que el testimonio de Ivar Mountbatten se asemeja al de tantas otras personas de su generación mucho menos afortunadas que él por lo que su posición social se refiere. “He luchado con mi sexualidad, y en cierto modo lo sigo haciendo. Ha sido realmente un largo trayecto hasta llegar a este punto”, cuenta. “El simple hecho de hablarlo en público es un gran paso para mí. Hasta ahora, había vivido una vida heterosexual, así que vivir con un hombre es algo verdaderamente nuevo”, añade.
Lord Ivar Mountbatten se divorció de la que ahora es su exesposa, Penelope Thompson, en 2011. Tienen tres hijas, y a pesar de la sepración siguen manteniendo una relación cordial. De hecho, ya cuando se casaron ella conocía de su atracción hacia los hombres. “Le dije que era bisexual, que me sentía atraído por los dos sexos. Ella lo entendió, y siempre le estaré agradecido. Lo pasamos muy bien juntos, tuvimos tres hijas maravillosas. No me arrepiento de ningún momento de mi vida”, explica. “Al final, Penny no se sentía lo suficientemente querida. Quería más de un marido de lo que yo podía darle”, añade.
Una historia muy similar a la de tantas otras personas, pensarán muchos. Y así es, ciertamente. Pero no dejamos de considerar positivo que personas de relevancia social (y al fin y al cabo Lord Ivar Mountbatten la tiene) den ejemplo de visibilidad y no tengan problema en compartir su proceso de aceptación y lo felices que se encuentran en este momento. Le deseamos, como no puede ser de otra manera, lo mejor.
Fuente: DosManzanas
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