Uno de los más curiosos casos de maternidad subrogada y primer caso en el mundo en el que nacen trillizos que son hijos biológicos de una pareja de hombres. Se suma además la circunstancia de que dos de los bebés son gemelos idénticos.
Una pareja de Sudáfrica, Christo y Theo Menelaou, recurrieron a un vientre de alquiler para cumplir su sueño de ser padres. Ambos donaron esperma para fertilizar dos óvulos de la madre de alquiler, que dieron lugar al nacimiento de tres bebés.
A la madre subrogada se le implantaron dos óvulos fecundados cada uno de ellos por un espermatozoide de cada padre. Uno de ellos dio lugar a un bebé, un niño, con el ADN del padre Nro. 1 y la madre subrogada. El otro, se dividió en dos embriones dando lugar a dos gemelas idénticas con el ADN del padre Nro. 2 y la madre subrogada.
Los gemelos idénticos llevan la misma información genética, puesto que son el resultado de un sólo óvulo y un espermatozoide. Por eso son siempre del mismo sexo y aunque no son completamente iguales, sus semejanzas físicas suelen ser muy grandes.
Al enterarse con 10 semanas de que venían trillizos, los médicos aconsejaron a la pareja y a la madre sustituta que renunciaran a dos de los bebés para dar una mayor oportunidad de supervivencia al tercero, pero finalmente encontraron a un ginecólogo que accedió a ayudarles para “salvar” a los tres.
Un comienzo difícil
Ahora todo es felicidad, pero los trillizos nacieron prematuramente (con 31 semanas de gestación -dos meses antes de lo previsto-) y debieron permanecer durante un mes en el hospital luchando por su vida. Desde su nacimiento permanecieron en cuidados intensivos con respiración asistida y monitoreados constantemente.
Los bebés nacieron por cesárea. Josué fue el primero en nacer con 1,82 kg, después vino al mundo Zoe con un peso de 1,4 kg y le siguió Kate con tan sólo 1,3 kg.
Los padres estuvieron junto a la incubadora de sus pequeños durante las semanas que permanecieron ingresados hasta que finalmente se hicieron fuertes para poder ir a casa. Aún así, Zoe deberá ser intervenida por un defecto en el corazón antes de cumplir los seis meses.
En casa, los padres cuentan con la ayuda de dos enfermeras ya que los bebés necesitan cuidados especiales día y noche. Cada bebé está conectado a un monitor que avisa cuando el bebé deja de respirar: “Tenemos que masajearles suavemente la espalda o hacerles cosquillas en los dedos de sus pies sólo para recordarles que deben respirar”, dice Theo, el flamante nuevo papá.
Fuente: SentidoG
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