sábado, 6 de enero de 2018

Las lesbianas nos divorciamos mucho más que los gays. Y estas son las razones


En Reino Unido las uniones homosexuales son posibles desde 2014, año en el que se casaron 4.850 parejas homosexuales. De las cuales el 56% eran parejas de mujeres, según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas.


Y citando a Pablo Neruda, con esto de que es tan corto el amor, pues sí, ya que en 2016 de las 112 parejas homosexuales que se han divorciado, el 78% eran lésbicas y el 22 de parejas gays.

La cantidad de divorcios fue cinco veces mayor que en 2015. Según las estadísticas, de las mujeres lesbianas que se han casado, el 11% ya se ha divorciado, en un breve tiempo. La razón que más se esgrime (93%) es “comportamiento irracional de la pareja”, entre el que se incluye, por ejemplo, que te haya puesto los cuernos.

Estadísticas similares se registran en Suecia, Noruega y Dinamarca.


Los sociólogos piensan que la mayor tasa de divorcios en mujeres puede deberse a que nosotras nos comprometemos mucho más rápido que ellos y tenemos más expectativas en la relación (ya sabéis, eso de que nos vamos a vivir juntas casi al comienzo y que creemos siempre haber encontrado al amor de la vida)

Hemos hablado con dos chicas que se han divorciado de sus mujeres en España. ¿Cuál fue el motivo y cuánto tiempo estuviste casada?

En el caso de Lucía, su matrimonio con la “inombrable” (como la llama ella), duró poco más de un año. La boda fue preciosa, la luna de miel también, pero los problemas empezaron al poco tiempo. “Básicamente ella conoció a otra. Y los últimos meses de nuestra relación estuvo conmigo y con ella. Lo que no le perdono es que no me haya dicho nada, la mentira, porque oye, todos se pueden enamorar de otra persona, pero es que solo me enteré porque las pillé. Y se te queda una cara de tonta…”

María José estuvo casada cuatro años, y viviendo en pareja ocho años en total. De este matrimonio nacieron dos hijos, uno lo tuvo María José, y el otro su pareja. “Las cosas acabaron mal, por una infidelidad. Dejamos de hablarnos por un tiempo y al principio cada una se fue a vivir a su propia casa con el hijo biológico que había tenido. A la larga vimos que esto era un error pero nos costaba ceder, porque estábamos separando a los hermanos pero teníamos mucha rabia. Ahora sigue cada niño viviendo con quien le tuvo pero hacemos para que pasen mucho tiempo juntos los fines de semana y alguna tarde entre semana. Pero es muy difícil llevarse bien después de sufrir”


Fuente: Mirales

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