Mi pareja necesita más sexo que yo: Es bastante frecuente que una de las dos partes tenga más apetito sexual que la otra. No es de extrañar que si somos tan distintas en todo no lo vayamos a ser también en esto, ¿verdad? Cada persona tiene sus apetencias y lo normal es no coincidir en este terreno. Si aceptáramos este hecho no habría problema, el problema surge por que pensamos que estamos obteniendo lo que nos merecemos y se crea resentimiento. Además, solemos asociar el sexo con el afecto, si una de las partes tiene menos ganas enseguida pensamos que quizá "nos quiera menos que nosotras a ella".
Disminución en el deseo: Pasa el tiempo y la pasión ya no es la misma. Puede que haya sucedido en una de las partes de la pareja o en las dos. Hay muchos motivos por los que puede haber una bajada de deseo además del paso del tiempo. Puede ser que haya acontecido el aburrimiento en los encuentros, la anticipación de todo lo que se va a hacer y va a suceder es un alto predictor de que finalmente no suceda nada. Otro de los motivos puede ser por que la imagen que una de las dos tenga de sí misma haya cambiado y ya no se sienta atractiva. Hay multiplicidad de factores que pueden explicar una bajada del deseo.
Mi pareja ha tenido una aventura: Éste es un tema controvertido. Está claro que si se trataba de na pareja monógama hay un daño y una pérdida de confianza que estaría explicando el por qué la otra parte no quiere tener relaciones sexuales. La cuestión es, ¿qué ha pasado para que una aventura tenga lugar?
A mi pareja no le gusta el sexo oral: En este caso, si a una de las dos partes no le gusta practicar el sexo oral a la otra parte, es muy lógico que la relación se vaya deteriorando por que hay una sensación de injusticia, de que una hace más por la otra que al revés.
Soluciones a los problemas sexuales en pareja lésbica
Al primero: No te acuestes con tu chica si no te apetece, no lo hagas por cumplir por que te apetecerá menos aún. Debéis pactar un poquito entre las dos cada una una estrategia. La parte que necesita más sexo, deberá completar sus necesidades de diferentes maneras y no delegándolas solo en ti. La parte que necesita menos sexo deberá ser consciente de las demandas de su pareja y satisfacer algunas, sin que eso suponga una "rendición". Menos de una vez por semana suele considerarse poco.
La falta de tiempo enmascara otras cosas. En este caso lo que hay que averiguar es qué está pasando. Si es estrés puntual, pasará, si es que una de las dos se siente poco atractiva habrá que fortalecer la autoestima, si ya no le interesa el sexo habrá que abordar qué ha pasado para llegar a este punto, y largo etcétera. La cuetión es que la falta de tiempo no existe, tenemos tiempo para lo que nos interesa.
La bajada de líbido en general suele responder al aburrimiento. Ha llegado el momento de dejar la vergüenza y experimentar. Abre tu mente.
La infidelidad es un tema difícil. Lo más importante es saber si la infidelidad ha sido puntual o ya hablamos de una aventura prolongada en el tiempo. Lo primero tiene solución, lo segundo es más complejo, llegadas a este punto es posible que no quede más remedio que separarse.
Si eres tú a quien no le gusta practicar el sexo oral, habla con ella. Dile lo que no te gusta, trata de poner límites o línea rojas en lo que no quieres hacer de ninguna manera y líneas amarillas en lo que que puedes pensar en probar, ve poco a poco. Insisto, el sexo también es aventura, pero sobretodo, ¿te has planteado qué es exactamente lo que no te gusta del sexo oral? por que si por ejemplo es el olor, hay lubricantes con sabores, se puede una dar un buen baño antes, largo etcétera.
Lo más importante es hablarlo sinceramente y también que pienses que el sexo no es solo dar, también es recibir. Si es a tu pareja a quien no le gusta hacerlo, igualmente hablad. Puede que haya tenido una mala experienia o que simplemente no sepa cómo hacerlo. Ten paciencia y no hagas un drama cuando algo no sea exactamente como tú quieres. No es fácil instaurar cambios, tómatelo con calma y como un juego. Cuanto más os riáis, mejor.
Fuente:Raquel Moyá - ypsihablamos
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